sábado, agosto 20, 2011

Sé que no hay otro

"Ninguna mujer deja a su novio para quedarse sola. En el 99,9% de los casos es por otro hombre."

"Sé que no hay otro."

Esa frase es prácticamente una constante en los e-mails que recibo de lectores o comentarios de conocidos. La novia los dejó por motivos tales como "necesito encontrar mi propia imagen en el espejo de la vida", y lo primero que me dicen es "sé que no hay otro".

"¿Y cómo sabes que en realidad no te está dejando por otro hombre?", suele ser mi pregunta obvia.
"Porque se lo pregunté y me dijo que no", suele ser la respuesta.

En la mayoría de esos casos, quince días más tarde resulta que el tan confiado muchacho se entera de que la ex novia está empezando un romance con un compañero de la facultad o del trabajo o de asaber donde lo conocio. Claro... seguramente le empezó a gustar después de cortar con su novio. ¡Qué casualidad!

Siempre hay otro.

Detrás de una novia que te deja siempre hay un tipo que te está soplando la dama. En algunos casos ya están con otro antes de terminar la relación anterior. En otros todavía no, pero sin duda lo que la mujer está haciendo al cortar con su novio, al menos, es dar paso a la posibilidad de empezar una nueva relación. Y al nuevo candidato ya lo tiene bien asegurado.

Las mujeres son como Tarzán: no se sueltan de una liana hasta que no están bien agarradas de otra. Como ya dijimos, por más que la mujer la vaya de moderna, su objetivo principal en la vida es casarse y tener hijos. Y estar de novia es el paso previo necesario. Tal vez a ese novio que tiene no lo ve como su futuro marido, pero a los ojos de la gente al menos esa mujer estará en el camino correcto. Está de novia.
Está en el paso previo.

"¿Y Julietita? ¿Está de novia?", le pregunta una prima lejana a Marta, la mamá de Julieta, en el velatorio de un tío abuelo. No le pregunta cómo anda Julietita de salud, si está trabajando, si se recibió. Le pregunta si está de novia. "Sí... sí.... Juli está de novia", responde Marta sonriendo estúpidamente a metros del finado.
Sería un garrón para Marta decir que no. Que su hija de veintitrés años no tiene novio. Tampoco le pregunta quién es el novio, qué edad tiene, a qué se dedica, si es bueno o malo. Lo importante es que tiene novio. Lo importante es que está en el camino hacia el objetivo de todas ellas. Por eso es que toda mujer "necesita" tener un novio.

Ninguna mujer deja a un novio para quedarse sola. Eso sería como retroceder en la vida. Para que una novia te deje y se quede sola tenes que ser como mínimo un asesino serial, todo lo demas, ella los aguantan.

Las frases "más vale pájaro en mano que cien volando" o "más vale malo conocido que bueno por conocer" fueron sin duda creadas por mujeres. Eso hasta que aparezca un pájaro con mejor plumaje y se les pose en la otra mano. O hasta que tengan a disposición uno más bueno para reemplazar al malo. Y cuando te esté dejando, pidiendo un tiempo o lo que sea, y tu le preguntes si hay otro te lo va a negar siempre.

Admitirlo sería lo mismo que decir: "¿Viste todo lo que te prometí, todas las cosas que te dije, todos los planes que hicimos juntos, todos los sueños que compartimos? Bueno... me cagué en todo".

Para ellas es mucho más sencillo sacarnos de encima con cualquier excusa estúpida o frase incomprensible que las exima de ser acusadas de falsas, mentirosas, infieles y malas personas. Y lo que sucede en esos casos es que preferimos creer lo que esgrime como argumento antes que pensar que hay otro. Pensar que hay otra persona duele mucho. Para qué tener que soportar ese dolor si podemos pensar que ella, como bien dice, "está pasando por un momento difícil de su vida donde al no estar bien con ella misma no puede estar bien con nosotros, entonces por el bien de la relación y dado que nos quiere tanto es mejor que bla, bla, bla, bla...". El problema viene cuando tratamos de buscar soluciones a esos falsos argumentos para destrabar el conflicto y seguir adelante con la relación.

Supongamos que aduce que se siente "agobiada" por la relación (típico). Antes le encantaba verte todos los días y llamarte por teléfono veinte veces. Le gustaba que almorzaran juntos y que la fueras a buscar a la salida del trabajo. Ahora de repente se siente "agobiada". La solución es sencilla: pueden verse día por medio, hablar menos por teléfono y no tener la rutina del almuerzo y la pasada a buscar a la salida, y asunto solucionado. Pero no. Con eso no solucionamos nada. ¿Y por qué no? Porque ése no es el verdadero motivo que está generando su alejamiento. El verdadero motivo es esa tercera persona que tu prefieres pensar que no existe.

¿Duele?

Sí, duele. Pero si elegimos ver una situación irreal no vamos a poder tomar las decisiones acertadas para intentar recuperarla.