martes, mayo 11, 2010

El Destino

A menudo otras personas se sienten raras ante la idea de usar estrategias y tácticas, equivocadamente piensan que al azar es mejor que lo planeado, que las cosas espontáneas son la forma en que la vida ha planeado la existencia de lo extraordinario. Son personas que creen que las comedias románticas de "Hollywood" son posibles y que puedes tropezarte con tu media naranja, que a ella se le caerán los libros, que tu los recogerás y que tímidamente se mirarán y encontrarán que nadie los ha mirado así jamás, que luego otra serie de coincidencias los llevará a amarse y a quererse mientras suena una canción pop de los ochenta. Sí, eso está muy bien para las películas de Meg Ryan o Hugh Grant. Yo no creo en eso, aunque he tenido situaciones afortunadas que vienen de no se dónde, esa es más bien la excepción que la regla.

Yo creo en forjarse una disciplina mental y emocional que nos permite mejorar y crecer y optimizar nuestra interacción, comunicación e intimidad con las mujeres. Creo en la posibilidad de mejorar nuestro juego para ser mejores. Pero muchas personas te dirán: “se tu mismo”. Yo oigo eso y, arrugando la frente, pregunto: “¿Qué diablos significa eso?” Yo veo en eso una excusa para seguir equivocándose, para no crecer y para seguir solo o con relaciones disfuncionales y rutinarias. Un perdedor dice: “genial, así soy para mal o para bien”. Yo digo, así eres para mal!

Las personas dicen esto otro: “Cuando la persona indicada llegue, tu lo sabrás. Será como un click”. Sentido común, que como decía Descartes, es el menos común de los sentidos. Las personas sucumben a esta creencia diciendo “entonces esperaré a que esta persona llegue”. Fatal, sentarse como Penélope a ver las personas pasar una tras otra.

¿Valorarías algo que te llega caído del cielo, por lo que no has luchado? No lo creo. Y es esta precisamente la razón por la que no creo que "lo de uno llegará", como nos dicen nuestras madres, abuelitas y bisabuelitas.

¡Despierta! Esta creencia es la responsable del fracaso del 50% de los matrimonios. Es la fantasía de la inacción y de la predestinación de tu media naranja. Una idea infeliz. Una idea que busca tu pasividad y que te dice que llegará la persona que te aceptará tal como eres, es decir, una persona que no ha crecido y que no ha salido de su zona de comodidad, es una idea que dice que te conformes con lo que eres y que no busques más allá de eso que te mereces. Es una idea poco ambiciosa.

Yo creo que no hay un destino que escoge la persona para ti. Que no existe algo así como “la elegida”, no creo en eso que te dice “no debes buscar, eso te llega”. Si, claro. Hay personas que han estado solas por años esperando a esa persona elegida, que una vez aparece es idealizada, hasta el punto que es vista como una “redentora”, lo cual contribuye a que te equivoques y espantes esta persona.
Es una idea idealista, yo soy más pragmático. Creo que debemos ser más proactivos, y no esperar lo que nos está destinado, sino BUSCAR LO QUE QUIERES. Deberías compromenterte contigo mismo y hacer lo que sea necesario para crecer, eso no significa ser falso y dejar tu esencia, es simplemente enfrentar el hecho de que las cosas no llegan caídas del cielo, sino que tu estás al control de tu vida y que debes buscar lo mejor para realizarte, para mejorar y poder estar a la altura de la mejor mujer posible.

Hasta la próxima!

El Miedo (Parte II)

Cuando nos gusta una mujer, pero cuando nos gusta en serio, nos cuidamos extremadamente de no dar un paso en falso. Necesitamos que todas nuestras acciones sumen puntos, pero estamos más preocupados en no restar.


Por eso medimos cuidadosamente los movimientos; no vaya a ser caso que queden nuestros sentimientos al descubierto y que ella nos haga un desplante, o se burle de nosotros, o que simplemente con una negativa de su parte se terminen nuestras posibilidades de ser algo más que su amigo, o su compañero de estudios o trabajo.

Es así como siempre intentamos y muchas veces conseguimos sentarnos a su lado en la mesa de café que habitualmente compartimos con más gente, elegimos consultar con ella alguna duda en el trabajo y no con otra persona, nos hacemos su confidente, le hacemos bromas, le contamos nuestras cosas, pero no vamos más allá.

A veces, puede tratarse de una mujer que no tiene relación directa con nosotros, como por ejemplo la hermana de un amigo, la amiga de una prima, una vecina de tu mamá, etc.

En esos casos, somos muy cuidadosos de nuestra apariencia, medimos mucho nuestros actos para no decir ni hacer nada inadecuado, buscamos temas de conversación que podamos compartir con ella y así sentimos que de a poquito estamos avanzando; pero como decíamos antes, más preocupados en no restar puntos que en sumarlos.

Y nos suele pasar que un buen día nos enteramos que está saliendo con otro tipo.

Muchas veces ese tipo tenía tantas posibilidades de ganársela como nosotros o tal vez menos.

¿Qué es lo que lo diferenció de nosotros, entonces?

Que el otro lo intentó directamente.

O tal vez, le venía haciendo un jueguito desde hace tiempo y le dio la estocada final, mientras nosotros seguíamos preguntándole cómo le fue en sus exámenes y sintiéndonos más cerca de nuestro objetivo porque nos habíamos quedado charlando durante diez minutos.

Tenemos que empezar a cambiar de actitud con respecto a esa mujer que tanto nos gusta.

Si analizamos fríamente la situación, vamos a sacar como conclusión lo que suele llamar “una verdad plana”, pero verdad al fin: hoy no la tenemos. Si nos encaminamos en forma más directa a nuestro objetivo, sin tantos temores y rodeos, lo peor que puede pasar es que obtengamos de su parte una reacción negativa y continuemos como hasta ahora, sin tenerla.

O sea que nada empeorará.

Además, tenemos que tener en cuenta que estas reacciones negativas no siempre son definitivas, y como dijimos anteriormente, pueden ser producto del temor que las mujeres también sienten o simplemente una falta de decisión momentánea.

La única manera de ganarte a esa mujer, es que se entere de lo que te pasa con ella. No hay otra, por más que le queramos buscar la vuelta.

Es importante en esta primera etapa empezar a asumir que tenemos que pasar a la acción.

¡¡¡Esperá!!! ¿Adónde vas, animal? Así no… Ten un poco de paciencia y seguí leyendo, que tampoco es cuestión de mandarse a lo bestia. Si bien debemos reconocer que mandarse a lo bestia es mejor que no mandarse, vayamos paso a paso aprendiendo a jugar mejor.

Porque esto en realidad no es otra cosa que un juego.

Un juego donde hay que saber cuándo y cómo avanzar, cuándo y cómo retroceder y hasta dónde mostrar las cartas.

Antes dijimos que la mujer no es el enemigo, sino que nuestro verdadero enemigo es el temor que sentimos y que nos paraliza. Ellas, dentro de este juego, podríamos decir que ocupan el lugar de un “cuasi” adversario. Y decimos “cuasi” porque un verdadero adversario es alguien que está jugando en contra de nosotros con la intención de ganarnos y ese no es el caso.

Las mujeres no pueden ganar, porque el premio que está en disputa son ellas mismas.

A lo sumo podrán tratar de impedir que ganemos nosotros y es ahí donde debemos utilizar toda nuestra cintura de jugador (iba a decir nuestra muñeca, pero temí que pudiera dar lugar a interpretaciones erróneas) y todas nuestras técnicas, para cambiarles su cara de orto por una sonrisa, despertarles curiosidad, provocarles admiración y así transformar un “no” en un “sí”.
 
Hasta la próxima!

jueves, mayo 06, 2010

El Miedo (Parte I)

¡Qué lindo que es en las películas!

En ellas, cuando un hombre y una mujer se gustan, se acercan simultáneamente, se miran a los ojos y se besan con pasión. Casi no es necesario hablar. Es como que se leen las mentes y nada les impide dar rienda suelta a sus sentimientos. Además, tienen la suerte de que en el momento del beso comienza a sonar una hermosa música.

Por lo general, en la escena siguiente ya están en como Adan y Eva en la cama.

Todo es perfecto, no?.

Pero todo es mentira.

Desde que tenemos memoria, hemos visto cientos de escenas similares en numerosos filmes, y de alguna manera u otra eso nos condiciona. Creemos que si no nos sale como a ellos, estamos frente a lo que podríamos llamar un fracaso.

Es fundamental que tengamos en cuenta las siguientes cosas:

La pareja de la película, en realidad, no estaba sola. Tenían a su alrededor al director, sus asistentes, maquilladores, iluminadores, vestuaristas, sonidistas, etc. El actor no tenía presión de ningún tipo, porque era la décima vez que hacían esa toma. La actriz no le dio vuelta la cara, porque en el libreto decía que debía besarlo apasionadamente.

Para poder ganar, primero tenemos que conocer a nuestro enemigo. Saber cómo aprovechar sus debilidades y combatir sus fortalezas. Pero lo más importante de todo es no confundirnos de enemigo.
Por lo general, cuando se trata de conquistar a una mujer pensamos que el enemigo a vencer es la mujer.

No es así.

La mujer no es el enemigo. La mujer es el objetivo, el premio.

Nuestro enemigo es el miedo, el miedo al rechazo, el miedo al ridículo, el miedo a quedar expuestos, el miedo a retroceder en lugar de avanzar, el miedo a que nos lastimen.

El miedo al miedo.

Este último punto es en el que más deberemos trabajar. Porque debemos asumir que sentir miedo es perfectamente normal. A todos nos pasa cuando estamos a punto de dar un paso hacia la conquista de una mujer que realmente nos importa. También es muy importante saber que las mujeres sienten el mismo miedo que nosotros, muchas veces sus rechazos son producto de ese miedo. Puede ser que nosotros lo sintamos como un desplante o una negativa.

Por lo general y como regla de nuestra sociedad, es el hombre el que tiene que tomar la iniciativa en forma activa y la mujer esperar pasivamente y decidir si acepta o no acepta dar comienzo a una relación. Por lo cual, toda la responsabilidad recae sobre nosotros, los hombres, quienes tenemos que hacer todo el esfuerzo de dominar nuestros miedos y ponerle el cuerpo a la situación.

Ellas se limitan a decir sí o no.

Para decir que no, generalmente no tienen historia. Aunque ese “no” no siempre quiere decir lo que parece.
¿Por qué? Porque ese “no” muchas veces es producto del miedo que ellas también sienten al estar siendo presionadas por un hombre.

Si nosotros tenemos dos dedos de frente, vamos a intuir si a una mujer le interesamos aunque sea un poquito. Y si es así, una negativa de parte de ellas no es otra cosa que una autodefensa contra su propio miedo.

Si nosotros estuviéramos en el lugar de la mujer y una persona que realmente nos interesa nos revelara su amor, diríamos un “sí” más grande que una casa y nos confundiríamos en un interminable abrazo, como sucede en las películas. Pero esto es fácil pensarlo con nuestro cerebro masculino. Las mujeres piensan diferente. No me pregunten cómo piensan, porque para saber eso hay que ser mujer.

En el siguiente post (cuando lo termine) vamos a hablar un poquito mas en detalle sobre este mal que tanto nos flagela.

Hasta la próxima!

El Rechazo

Yo se, esto no era lo que tenia pensado escribir, pero una platica con una amiga, (bueno, es alguien mas especial que eso), y si, yo hablo de esto con mis amigas, me puso a pensar. Ella preguntaba porque los hombres (y también las mujeres, déjeme decirte) se toman tan a mal cuado alguien los rechaza o les corta las alas con sus intenciones "románticas", y bueno, esto creo es mas una reflexión que una respuesta para ella.

Desde pequeños la palabra NO se ha convertido en sinónimo de rechazo. ¿Recuerdas cuando eras niño y pedías algo? Te lo negaban y te sentías triste y abatido, y hasta podías hacer una que otra pataleta Cuando eras niño también eras persistente y las pataletas simbolizaban el tremendo deseo que tenías por algo. Como adultos tenemos una idea equivocada, creemos que una negativa quiere decir “No, no te lo mereces. No eres lo suficientemente bueno para eso”. Cuando nos dicen que no, el niño que llevamos adentro nos dice que esa negativa es una evaluación acerca de nuestra capacidad.

Ésta es una forma de narcisismo. Cuanto tú te tropiezas en la calle, lo primero que sientes es un poco de pena y vergüenza, también piensas en quién te vio, hasta pensarás que alguien se está riendo. La verdad es que las personas andan tan distraídas en sus 500 canales de televisión, en sus Ipod de 800o canciones y en sus 255 problemas y dificultades o en sus 2 sueños o planes que poco tienen que decir acerca de lo que te pase, algunos están tan ocupados en pensar si los demás notan que tienen ojeras, o que tienen una cicatriz diminuta en el mentón, o que tienen una joroba en la nariz que no se darán cuenta de las cosas que te pasan.

¿Entiendes el punto a donde quiero llegar?
Quiero que entiendas que eres libre para buscar lo que quieres y obtenerlo. El rechazo es una respuesta en la cual asumes que hay algo malo/indebido/incorrecto en ti, pero la verdad es que el rechazo tiene que ver con los demás y no con tu propia naturaleza. Si una mujer te rechaza debes tener en cuenta tu propio valor y seguir adelante. Debes ser consciente que no todas las mujeres son para ti y que tu tampoco eres adecuado para todas las mujeres.

Muchas mujeres no querrán lo que tu les ofreces, o quizás no te darán la oportunidad de mostrarles lo que tienes. La verdad es que si ellas no están interesadas, tu no puedes obligarlas, por más que te guste, por más que te atraiga.

Lo sé… aceptar la libertad del otro es quizá lo más difícil de ser humanos.

Sigue adelante.

Yo me pregunto algo: ¿Por qué los hombres insisten en obsesionarse con alguien no pueden conseguir? Es como si las palabras mágicas “No estoy interesada en ti” les impusiera un lazo, una atadura que no pueden quebrar, y siguen y las persiguen, y literalmente su mente no puede dejar de pensar en otra cosa. Veo a diario hombres así, que llevan quizás meses e incluso años, detrás de la misma mujer que continuamente les deja claro que no tiene intenciones románticas con ellos. Y dejan pasar a otras mujeres valiosas, increíbles, que si los aceptan y que incluso toman la iniciativa de acercarse a ellos.

Es el misterio de la atracción. La atracción no es una elección, no puedes escoger quién te atrae, tampoco puedes escoger quién no te atrae.

Hombres y mujeres respondemos al mismo principio: cuando vemos a alguien que se hace difícil, se convierte en un reto personal obtener su aprobación.

Solo puedo decirte algo: Deja de lado tus paradigmas, deja de lado la costumbre, lo que usualmente haces, despierta y deja ir a quienes no te quieren y sigue adelante, empieza de nuevo, nunca es tarde. Siempre hay algo mejor esperando.

Deja de temer el rechazo, imagina que es algo virtual, convierte ese miedo en emoción, en vértigo, en algo que te impulsa a mejorar y acercarte. No lo tomes personal, no te sientas descalificado, no permitas que toque el centro duro de tu estima. Continua el camino, y recuerda que los rechazos solo anticipan las victorias si eres capaz de levantarte y aprender de ellos.

Hasta la próxima!